En los últimos años hemos asistido a cambios espectaculares en el sector de la confección. Las guerras comerciales y los nuevos acuerdos comerciales, las transformaciones tecnológicas y los cambios en los patrones de consumo han puesto de relieve los retos que plantea la creación de unas condiciones de trabajo dignas en una industria global de éxito.
Ahora que Better Work entra en su segunda década, 2020 es el momento de pensar tanto en lo que aún queda por hacer como de reflexionar sobre los progresos que hemos realizado hasta la fecha. El sector necesita una mayor colaboración en la cadena de suministro para hacer frente a problemas generalizados como la inseguridad en el lugar de trabajo, las largas jornadas laborales y los bajos salarios. Es urgente actuar en los países productores de ropa para crear un entorno que permita unas relaciones laborales maduras, unas condiciones equitativas para que las empresas éticas puedan competir y los trabajadores puedan ejercer sus derechos.
Para hacer frente a estos retos, Better Work emprendió hace dos años y medio una nueva y audaz dirección estratégica. El objetivo era trabajar con socios para ampliar las mejoras en las condiciones laborales y la competitividad empresarial, y garantizar un cambio duradero.
Los primeros resultados son alentadores.
A través de una serie de asociaciones de amplio alcance, Better Work ha orientado a las partes interesadas del sector hacia la acción colectiva para lograr un impacto mayor y más sostenible. En muchos casos, los socios están respondiendo con un examen crítico de sus propias funciones e introduciendo reformas en sus políticas y prácticas.
A través de iniciativas como Better Work Academy, Building Bridges y Empower@Work, hemos desarrollado formas de compartir nuestros conocimientos y técnicas con otros -gobiernos, sindicatos, asociaciones patronales, marcas y ONG- que a su vez los aplican en nuevas fábricas, nuevos sectores y nuevos países. Hemos ayudado a nuestros socios de países como Jordania y Bangladesh a alcanzar importantes acuerdos para regular mejor las condiciones de trabajo y la seguridad industrial en sus industrias.
Los donantes también han apoyado nuestros planes para dar forma a las conversaciones nacionales e internacionales sobre las condiciones de trabajo. Gracias al reciente compromiso de la Unión Europea, junto con los compromisos continuados de Australia, Dinamarca, Alemania, Países Bajos, Suiza y Estados Unidos, nos encontramos en una posición sólida para proseguir nuestra labor a lo largo de este año y más allá.
La clave del éxito es trabajar en estrecha colaboración con la OIT y la CFI, para informar los debates políticos y trabajar codo con codo con los colegas en nuevos programas como el de Etiopía. La OIT también nos ha proporcionado nuevas herramientas con las que trabajar, incluido un marco para reflexionar sobre el futuro del trabajo, y un convenio - el C190 - para ayudar a eliminar la violencia y el acoso en el lugar de trabajo. Como cada vez se pide más a Better Work que aporte su experiencia a estos debates, y con la expansión a varios nuevos países prevista para el próximo bienio, nuestra coordinación entre la OIT y la CFI no hará sino intensificarse.
Aún nos queda mucho por hacer, pero los resultados obtenidos hasta ahora nos animan a creer que podemos trabajar juntos para lograr efectos cada vez mayores. Con el compromiso de socios como usted, seguiremos avanzando en nuestra visión de una industria de la confección que respete los derechos humanos, empodere a las mujeres y sea un motor de desarrollo económico integrador que acelere el fin de la pobreza.
En nombre de todos en Better Work, gracias por su colaboración en 2019, esperamos trabajar con usted y le deseamos un feliz y próspero año por delante.
Dan Rees, Jefe de Better Work, Ginebra, 10 de enero de 2020