Arianna Rossi, Oficial de Investigación y Políticas, dirige el programa de investigación de vanguardia de Better Work y actualmente desarrolla una estrategia global de género para el programa. En este relato personal, comparte su experiencia como representante de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer de las Naciones Unidas en Nueva York.
28 de abril de 2017.
Nueva York - La igualdad de género es un componente clave de lo que hacemos en Better Work. Los resultados de nuestra evaluación de impacto mostraron que el empoderamiento de las mujeres es fundamental para la consecución de nuestros objetivos: contar con representantes femeninas en los comités de dirección-trabajo y formar a supervisoras son estrategias clave para lograr mejores condiciones de trabajo y mejorar la productividad, hasta en un 22%. Cuando las mujeres están representadas en un número que refleja la mano de obra total, los resultados para los trabajadores mejoran significativamente, sobre todo en lo que respecta a la reducción de los problemas de acoso sexual de los trabajadores.
Estas conclusiones nos dieron el impulso necesario para trabajar con más ahínco si cabe para garantizar que los empleos de calidad en la industria mundial de la confección puedan ser un motor de la igualdad de género y el empoderamiento económico de las mujeres.
Con esto en mente, formé parte de la delegación de la OIT en la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer (CSW) 2017 de las Naciones Unidas. Creada en 1946, la CSW se dedica a la promoción de la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres. La CSW de este año se centró en "El empoderamiento económico de las mujeres en el cambiante mundo del trabajo", y atrajo a más de 8.000 participantes inscritos de gobiernos, sindicatos y organizaciones de la sociedad civil.
Estar en la CSW me brindó una gran oportunidad para entender cómo define la gente el "empoderamiento de la mujer", ya que está claro que el concepto significa cosas distintas para grupos diferentes. Aunque se trató una amplia gama de temas -desde la educación de las niñas hasta las carreras en ciencia y tecnología-, seguí los eventos y debates sobre tres áreas a las que nos dirigimos directamente en Better Work: la reducción de la brecha salarial de género, la eliminación de la violencia de género en el trabajo y la mejora de las condiciones de las mujeres en las cadenas mundiales de suministro.
Asistí a la presentación de la Plataforma de Campeonas OIT-ONU sobre "Igual salario por trabajo de igual valor", en la que sindicalistas, empresarios, representantes gubernamentales y estrellas de Hollywood se comprometieron a sensibilizar sobre la desigualdad de trato de las mujeres en el lugar de trabajo. Esto incluye abordar la segregación ocupacional, un hecho muy común en las fábricas de Better Work, donde las operarias de máquinas suelen ser mujeres y los cortadores y mecánicos -ocupaciones mejor pagadas- son hombres.
La OIT y ONU Mujeres también unieron sus fuerzas en un acto sobre "Poner fin a la violencia contra las mujeres: Prevención y respuesta en el lugar de trabajo". En esta ocasión, el tema central fueron los esfuerzos de la OIT por establecer un marco estándar para abordar la violencia y el acoso en el mundo laboral, que se debatirá en la Conferencia Internacional del Trabajo de 2018. Se hizo mucho hincapié en la necesidad de cuestionar los estereotipos culturales y las normas de género, entre otras cosas trabajando con los medios de comunicación y centrándose en la educación temprana.
Participé en el Foro sobre los Principios de Empoderamiento de la Mujer, organizado conjuntamente por la Fundación de la Cámara de Comercio de Estados Unidos, ONU Mujeres y el Pacto Mundial de la ONU. El objetivo del Foro es mostrar cómo la comunidad empresarial puede desempeñar un papel en el avance del empoderamiento de las mujeres y las niñas. En esta ocasión, moderé un panel sobre las mujeres trabajadoras en las cadenas de suministro mundiales, centrado en el sector de la confección, y presenté las conclusiones de Better Work sobre la importancia de empoderar a las mujeres para mejorar las condiciones de trabajo, la productividad y el desarrollo económico y social.
Los panelistas compartieron las experiencias de sus empresas con iniciativas de empoderamiento, en particular la formación en las fábricas para concienciar sobre los derechos de los trabajadores y desarrollar habilidades de liderazgo, acuerdos sobre permisos de maternidad/paternidad y horarios de trabajo flexibles. También arrojaron luz sobre el cambio de las normas culturales sobre el estigma asociado a los trabajadores de la confección, llevando a los empresarios a las zonas rurales y a las comunidades para explicar la naturaleza del trabajo en las fábricas. Curiosamente, a pesar de centrarse en la capacitación de las mujeres, al principio no se mencionó la voz, la participación o la representación de las mujeres, por lo que pedí a las panelistas que compartieran sus experiencias en este ámbito, y destacaron los retos de la representación sindical, donde muchos delegados sindicales son hombres y la mano de obra es mayoritariamente femenina.
También compartí la experiencia y las conclusiones de Better Work sobre el impacto del control del cumplimiento y el empoderamiento de las mujeres en un acto paralelo centrado en el impacto del entorno comercial en el empleo de las mujeres, organizado por Finlandia, Suecia y la UNCTAD. Fue gratificante compartir las conclusiones concretas de Better Work sobre cómo eliminar la discriminación y el acoso sexual, minimizar la brecha salarial de género y dar voz a los trabajadores es fundamental para lograr mejores condiciones de trabajo, mejorar el bienestar y obtener resultados de desarrollo económico y social. Nuestro mensaje se hizo eco de la declaración del nuevo Secretario General de las Naciones Unidas en la inauguración de la CSW sobre cómo la consecución del Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 5 sobre igualdad de género sustenta toda la agenda de los ODS.
Fue una semana intensa, con mucha inspiración por parte de líderes intelectuales y organizaciones de defensa de los derechos de la mujer de todo el mundo, un impulso que sin duda necesitamos al embarcarnos en nuestra nueva estrategia de la IV fase, con un enfoque renovado en la igualdad de género y la capacitación de la mujer.