Romper barreras - Afrontar la discriminación laboral en Vietnam

1 de diciembre de 2014

Vivir con una discapacidad puede dificultar la búsqueda de un trabajo decente, pero algunas fábricas de confección de Vietnam han comprendido que, con algunos ajustes, contratar a personas con discapacidad puede ser bueno para el negocio.

1 de diciembre de 2014.

Dong Nai , Vietnam - Tran Thi Trinh, de 24 años, se niega a que la definan etiquetas o estereotipos. Es usuaria de silla de ruedas, madre, hija, esposa y trabajadora en una fábrica.

A los 18 años, Trinh dejó su ciudad natal, Tien Giang, tras tener dificultades para encontrar trabajo allí debido a su discapacidad. Buscó trabajo en las fábricas privadas de ropa de Ciudad Ho Chi Minh, donde permaneció cuatro años. Trinh dice que estos "años de independencia" le dieron confianza, pero que también sufrió discriminación.

"Me di cuenta de que existían distintos tipos de discriminación por mi discapacidad", afirma Trinh.

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"Para nosotros (los usuarios de sillas de ruedas), lo más hiriente es la actitud y el comportamiento de la gente. A menudo hablan de los discapacitados con una voz particular. Nos menosprecian cuando nos sentamos a descansar en horas de trabajo. Piensan que nuestra productividad es siempre baja y que eso hace bajar los objetivos de todo el equipo. A veces, incluso están celosos de que la dirección nos trate con más amabilidad".

Trinh pasó a trabajar para una organización de artesanos discapacitados, donde conoció al hombre con el que se casaría en 2011, Lam Van Tam.

"Somos de la misma ciudad natal y también compartimos las mismas aspiraciones vitales", dice de su marido. Juntos se trasladaron a Dong Nai y Trinh se empleó en la fábrica de confección Unipax, donde es preparadora para coser gorros. "Entre las distintas fábricas de confección de Amata IZ (Zona Industrial), elegí Unipax porque su taller me permitía desplazarme fácilmente".

Unipax también fue una buena elección para Trinh porque la fábrica mejoró su accesibilidad.

"Me muevo con facilidad en esta fábrica. El aseo está situado justo en el taller, y tiene un acceso lo suficientemente amplio como para que pueda meter la silla entera dentro. La fábrica también ha instalado un puente corredizo metálico adicional para que pueda acceder al comedor", dice.

"Hasta 2013, el código laboral vietnamita obligaba a las fábricas a contratar a personas con discapacidad. Desde entonces, este requisito se ha suprimido, pero seguimos observando un número pequeño, aunque creciente, de fábricas que están encontrando formas de contratar activamente a personas con discapacidad, teniendo en cuenta sus capacidades, su lealtad y su ética laboral. Nos anima saber que Unipax es una de esas fábricas que tiene intención de seguir contratando a personas con discapacidad", afirma David Williams, responsable técnico de Better Work Vietnam.

Trinh también considera que sus compañeros de Unipax son progresistas y comprenden que su discapacidad no limita su capacidad.

"Mis compañeros han sido muy serviciales y amables conmigo. Me ayudan a beber agua y me empujan la silla cuando necesito ayuda. Mi jefe de equipo me entrena y me anima a alcanzar mis objetivos", dice.

El atractivo de Unipax es tal que Trinh ha animado a su marido a trabajar allí.

"Le he hablado del constructivo ambiente de trabajo, del amable apoyo de la dirección y de la sincera amistad de los compañeros. Él también quiere formar parte del equipo", dice.

Todos los días vienen a la fábrica en la moto de su marido Tam. Tienen una hija de un año, Lam Khanh Vy, que está aprendiendo a andar y a la que cuida la madre de Trinh mientras sus padres trabajan.

La ley obliga a los empresarios a adaptar los equipos y las instalaciones para acomodar a los empleados con discapacidad. Gracias a la labor de asesoramiento de Better Work Vietnam, algunas fábricas han realizado ajustes en la maquinaria para mejorar los puestos de trabajo de las personas con discapacidades específicas. Por ejemplo, en las máquinas de coser, la función de arranque de los pedales se ha sustituido por movimientos manuales para que puedan manejarlas los trabajadores con discapacidades en las piernas y los pies. El programa también ha colaborado con una ONG centrada en la discapacidad, DRD, para educar a las fábricas sobre las ventajas de contratar a personas con discapacidad.

Trinh está orgullosa de todo lo que ha conseguido. "He sido muy feliz dando pequeñas remesas a mi madre de vez en cuando. Sin embargo, aún le debo mucho, ya que se ha sacrificado mucho por mí desde la infancia hasta ahora", afirma.

Desde el punto de vista de Trinh, su empuje no está limitado por su silla. Es ambiciosa para su futuro y el de su familia, y espera que dentro de unos años puedan comprar su propio apartamento o casa.

Trinh dice que la clave de su progreso ha sido el respeto que le han mostrado los demás y su independencia: "Aconsejaría a mis amigos discapacitados que vivieran por su cuenta e intentaran mostrar lo mejor de su capacidad a posibles empleadores", afirma.

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