Para algunos, la incertidumbre que aún rodea al brote de COVID-19 que se cierne sobre la industria indonesia de la confección ha reforzado los vínculos en el lugar de trabajo: los trabajadores y la dirección han asumido la responsabilidad compartida de mantener a todos a salvo y sus medios de subsistencia a flote.
El compromiso compartido de garantizar unas sólidas prácticas de salud y seguridad en el trabajo (SST) en tiempos de crisis ha reforzado las relaciones existentes. Las fábricas han creado equipos dedicados a luchar contra el enemigo invisible, aunque ello suponga que los propios implicados tengan que soportar una carga más pesada.
A lo largo de la pandemia, algunos trabajadores y representantes de la dirección han tenido que pasar horas todos los días patrullando las instalaciones de producción para asegurarse de que todo el mundo lleva la mascarilla y mantiene las distancias. Otros acuden temprano al trabajo para realizar reconocimientos médicos a los trabajadores, mientras que otros se ocupan de los casos sospechosos o confirmados de COVID-19, ayudando a los trabajadores a hacerse las pruebas y preguntando si alguien ha estado en contacto con ellos con fines de rastreo.
Mario Prostasius, responsable sindical de la Federación de Trabajadores del Metal del fabricante de calzado PT Sepatu Mas Idaman's (SEMASI), dice que tiene que empezar a patrullar a las 10 de la mañana cada mañana, cubriendo todas las instalaciones de producción de la fábrica. Sin haber experimentado nunca un brote de esta magnitud, Mario afirma que hacer un esfuerzo adicional para mantener a todos a salvo ha merecido la pena.
"Si las empresas lo hacen por la continuidad del negocio, nosotros lo hacemos por la humanidad; mis compañeros deben estar seguros y no deben exponerse al virus", afirma.
El apoyo de los sindicatos para hacer cumplir los protocolos sanitarios "determina el éxito" a la hora de garantizar el cumplimiento por parte de los empleados, coincidió Henry Listiandry, Director del Departamento de Recursos Humanos y Asuntos Generales de PT SEMASI.
Linda Effendi, especialista en cumplimiento de la normativa de la empresa exportadora de prendas de vestir PT Citra Abadi Sejati (CAS), declaró que seguía prestando apoyo al equipo de rastreo de contactos de la fábrica durante su autoaislamiento por COVID-19 en casa. Linda ha participado incansablemente y de forma activa en el grupo de trabajo de la fábrica sobre COVID-19 rastreando contactos cercanos. Por desgracia, contrajo el virus en febrero de 2021, lo que la obligó a separarse de su hijo durante semanas.
"Lo considero parte de mi culto a Dios trabajar más allá de mi puesto", dice Linda, que también se encarga de coordinar el programa de prevención de enfermedades infecciosas de la fábrica y es miembro del comité de SST de la empresa.
Los miembros del grupo de trabajo COVID-19 de PT CAS, incluidos los trabajadores de las clínicas, afirman que también les preocupa contraer el virus y han decidido duplicar sus mascarillas, utilizar otros EPI producidos por la empresa y controlar cuidadosamente sus dietas, así como someterse a pruebas rutinarias de COVID-19.
Para Jimmy Siswanto, responsable de cumplimiento normativo de la empresa exportadora de prendas PT Gaya Indah Kharisma, formar parte del grupo de trabajo COVID-19 de la fábrica ha aumentado su "motivación para ir a trabajar", ya que quiere asegurarse de que los trabajadores no contraigan el virus y, por consiguiente, mantener las operaciones de la fábrica.
Ante el actual brote de COVID-19, Better Work Indonesia ha recopilado una serie de directrices y buenas prácticas para ayudar a las fábricas a atravesar la crisis y futuras crisis. Better Work ha recomendado encarecidamente a las empresas que consulten a los representantes de los trabajadores o a los sindicatos para desarrollar y difundir las iniciativas de prevención de la propagación del virus, a fin de evitar malentendidos debidos a la falta de comunicación.
A pesar de las increíbles pérdidas de la pandemia, el reto ha puesto de relieve la fuerza y la capacidad de las personas que cooperan por una causa común. La seguridad y la salud en el trabajo no pueden ser un ejercicio de "marcar casillas" gestionado por una o dos personas: es una cuestión de vida o muerte para los equipos, los lugares de trabajo y las empresas.