UNGARAN, Indonesia - Sri Tentrem sonreía ampliamente mientras contaba su experiencia de trabajo en sindicatos. Llevaba un chaleco azul celeste con un llamativo "SPN", la abreviatura de su sindicato, en el lado izquierdo, acompañado de una bandera indonesia roja y blanca en el derecho.
Tentrem es vicepresidenta del sindicato en una fábrica de ropa de Ungaran, Java Central, desde 2018. Forma parte del sindicato desde 2006 y ha participado en movimientos sindicales a lo largo de los años para dar voz a los derechos de los trabajadores.
Aunque desempeña un papel importante en el sindicato, Tentrem forma parte de una minoría. Aunque la mayoría de los trabajadores de la industria de la confección son mujeres, sólo hay nueve mujeres entre los 30 directivos del sindicato.
El problema de la representación desigual no es nuevo. Un informe sobre la estrategia global de género elaborado por Better Work Indonesia citaba pruebas que demostraban que las mujeres están sistemáticamente excluidas de la participación en los sindicatos, a pesar de que las trabajadoras constituyen el 90 por ciento de la mano de obra de la industria indonesia de la confección.
El informe "Moving the Needle" (Mover la aguja) de 2021 de la OIT explica que "las brechas sistémicas de género también son evidentes en las instituciones y procesos de diálogo social que reúnen a gobiernos, empresarios y trabajadores en toda la economía a escala nacional y sectorial".
Los estudios demuestran que en las instituciones de diálogo social, como los sindicatos, la afiliación femenina oscila entre el 20% y el 35%.
Aunque Tentrem está en minoría como mujer vicepresidenta, ha aprendido a gestionar su papel único y sus exigencias. Ha aprendido a seguir los procedimientos operativos estándar acordados entre la dirección y el sindicato, así como a gestionar su tiempo entre el trabajo y las actividades de organización, lo que le permite participar eficazmente en las actividades sindicales.
La gestión del tiempo es otro acto de equilibrio. La madre de tres hijos tiene que ocuparse de su supervisión, incluso cuando está trabajando o atendiendo responsabilidades sindicales. Recurre a su madre y a su suegra para que la ayuden a vigilar a los niños, y hace malabarismos para dejar a los dos mayores en el colegio y al pequeño en la guardería antes de empezar su jornada laboral. Como madre, existe la expectativa cultural de que Tentrem cuide de sus hijos durante sus días libres, a pesar de sus otras obligaciones profesionales.
"Si hay cursos los fines de semana, participo y reservo dinero para comprarles comida y golosinas para que no se enfaden al día siguiente", dice Tentrem. También le pide a su marido que vuelva pronto a casa para cuidar de los niños esos días. Es un equilibrio constante.
En el futuro, espera que su lugar de trabajo pueda ofrecer a los empleados una asignación adicional al salario mínimo, dado que la fábrica ya no emplea mano de obra en horas extraordinarias durante la pandemia. Sin el pago de horas extraordinarias, es más difícil llegar a fin de mes para muchos trabajadores, o pagar el cuidado de los niños cuando tienen prioridades contrapuestas. También presionó a la empresa para que implantara una estructura salarial que recompensara a los trabajadores en función de sus capacidades y otros factores.
Tentrem espera que el gobierno reconsidere el salario mínimo adecuado, un punto crucial de las actuales negociaciones sindicales. Dijo que el último aumento del salario mínimo en el distrito de Semarang, Java Central, fue sólo del 0,37%, o 8.457 rupias. El aumento medio a escala nacional fue de aproximadamente el 1%.
La cuestión de los ajustes del salario mínimo ha sido muy contestada por el movimiento obrero, con concentraciones y huelgas a finales de 2021.
"Después de tanta lucha bajo la lluvia y el sol, el aumento sólo ha sido eso. El salario mínimo en Java Central es muy bajo, mientras que las inversiones parecen ser galopantes. Rechazo el salario barato de Java Central", afirmó Tentrem con convicción. Los sindicatos de Indonesia siguen luchando por mejorar las normas laborales para ellos y sus compañeros, aunque los avances son lentos.
Tentrem participó en muchas protestas de trabajadores. Ella y otros sindicatos celebraron una reunión con los empresarios y el gobierno a finales del año pasado para negociar la tarifa, pero dijo que los sindicatos estaban decepcionados con el aumento negociado.
"Hay muchas razones por las que me afilié al sindicato. Necesitaba apoyo y quería tener a otras personas a mi lado, porque si actuaba sola, no creía que mi voz fuera a ser escuchada", dijo. "A través de un sindicato, es más probable que se oigan nuestras voces".