• Resúmenes de investigación

Género y responsabilidades de cuidado: Examinando las diferencias para los trabajadores de la confección en Better Factories Camboya

15 oct 2020

Las mujeres constituyen la mayoría de los trabajadores del sector de la confección en todo el mundo, pero siguen soportando una carga desproporcionada de trabajo no remunerado en el hogar, incluidos los cuidados y gastos no remunerados de los hijos y otras personas dependientes. Esta "doble carga" de trabajo remunerado y no remunerado puede verse agravada por el exceso de horas extraordinarias, los bajos salarios y el acoso en la fábrica, entre otras violaciones de los derechos laborales, con importantes consecuencias negativas para la calidad de vida y el bienestar.

En 2018, Better Factories Cambodia (BFC), un programa conjunto de la OIT y la IFC que busca mejorar las condiciones de trabajo e impulsar la competitividad de la industria de la confección, completó un estudio independiente que evalúa los impactos del programa en las condiciones de trabajo, el bienestar de los trabajadores y la productividad de las fábricas. Este informe se basa en los datos recogidos durante esta evaluación, para presentar las diferencias de género en los contratos, la formación y los ascensos, las horas extraordinarias, los salarios, el acoso y la violencia en el trabajo, los indicadores de seguridad y salud en el trabajo, y la satisfacción vital y laboral. Lo hace explorando las diferencias entre mujeres y hombres, así como entre distintos grupos de mujeres, como las mujeres con y sin hijos, y las mujeres con y sin bebés. Existen marcadas diferencias en las experiencias de los trabajadores y las trabajadoras a lo largo de las distintas etapas del ciclo vital. Entre las principales conclusiones figuran:

Las mujeres con menor nivel educativo y con hijos tienen menos probabilidades de tener un contrato de trabajo, de recibir formación sobre los derechos de los trabajadores y nuevas cualificaciones, o de ser ascendidas. En general, alrededor del 39% de los trabajadores tienen un contrato de corta duración, de tres meses o menos, y el 38% no ha recibido formación en el puesto de trabajo, lo que apunta a la necesidad de reforzar la seguridad en el empleo y las competencias de los trabajadores. En conjunto, estos resultados sugieren que, para promover mejor un lugar de trabajo inclusivo, debe prestarse especial atención a las necesidades de los trabajadores con menor nivel educativo y con tareas de cuidado.

A la mayoría de los trabajadores les preocupan los bajos salarios y las horas extraordinarias. Mientras que las mujeres tienen dificultades para compaginar las horas extraordinarias en la fábrica con las presiones domésticas, los hombres son más propensos que las mujeres a afirmar que no pueden negarse a hacer horas extraordinarias por miedo a ser despedidos.

El acoso y la violencia en el trabajo están muy extendidos, y existen diferencias de opinión entre mujeres y hombres. En general, menos mujeres que hombres parecen expresar su preocupación por el acoso sexual. Entre las mujeres, las de menor nivel educativo y con hijos tienen más probabilidades de denunciar el acoso sexual. Además, menos del 45% de los trabajadores creen que el sistema de denuncia del acoso sexual en su fábrica es adecuado. Estos resultados sugieren la necesidad de dar prioridad a la formación para combatir el acoso sexual, establecer procedimientos de denuncia de quejas y mejorar la voz y la representación en general.

Los hombres son más propensos a declarar problemas de seguridad y salud como tos, irritaciones y dolor de espalda, mientras que las mujeres declaran un menor bienestar general. Trabajar para mejorar la seguridad y la salud en el trabajo y la satisfacción laboral y vital de los trabajadores, centrándose más en las medidas para abordar sus factores determinantes, sigue siendo un área clave de actuación futura.

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