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Ayudar a las trabajadoras a superar las barreras culturales y profesionales en Pakistán

10 feb 2022

KARACHI - Parveen Bano se ha dedicado a conseguir un futuro mejor para las trabajadoras paquistaníes.

Cuando esta mujer de 56 años perdió a su marido hace varios años, se convirtió en el único sostén de su familia de tres miembros en Karachi. Empezó su propio negocio de costura en su casa. Pero el camino fue difícil: sufrió el acoso verbal de los contratistas, la persistente brecha salarial entre hombres y mujeres y tuvo que pagar costosas reparaciones de su máquina de coser.

"Sufría mucho estrés mental por tener que luchar constantemente por un salario justo", explica Bano a Better Work. "Las trabajadoras paquistaníes luchan contra los bajos salarios y la carga de las responsabilidades domésticas, y no son conscientes de sus derechos laborales. Sentí el impulso de poner mi experiencia a disposición de otras mujeres, porque esto tiene que cambiar".

Recientemente, Bano se convirtió en una de los 20 nuevos formadores principales que asistieron al programa de formación de formadores para mujeres que trabajan a domicilio de Better Work Pakistán, dirigido en coordinación con la Federación de Mujeres que Trabajan a Domicilio de Pakistán y posible gracias al apoyo de Global Affairs Canada. Como parte de la estrategia de Better Work para impulsar el empoderamiento de las mujeres, el principal objetivo del programa es dotar a estas formadoras maestras de la capacidad necesaria para formar a trabajadoras a domicilio con el fin de reforzar sus habilidades y su autodefensa, centrándose en cuestiones como la educación financiera y el género. Dado que Better Work va a lanzar una operación nacional completa en Pakistán en 2022, con el apoyo al desarrollo de la Unión Europea y los gobiernos de Australia y Pakistán, el programa seguirá asociándose con organizaciones nacionales que representan a las trabajadoras a domicilio para apoyarlas.

Los formadores colaboran durante una sesión de formación
Maestros formadores colaboran durante una sesión de formación en Karachi.

Según el Banco Mundial, la participación laboral femenina en las zonas urbanas de Pakistán es una de las más bajas del mundo, rondando el 10% en las dos últimas décadas. Muchas mujeres han tenido que abandonar los estudios por motivos de seguridad o económicos, mientras que otras temen la resistencia de sus familias y comunidades cuando buscan trabajo fuera del hogar.

"A diferencia de otros centros de producción de confección de todo el mundo, alrededor del 80% de las personas empleadas formalmente en las fábricas de confección de Pakistán son hombres", afirma Anne Shanali Weerasuriya, una de las tutoras de Better Work. "Las trabajadoras de Pakistán se dedican al sector informal, trabajando en sus casas a través de intermediarios o subcontratistas de las fábricas".

En sus casas, las mujeres pueden cortar telas o realizar operaciones básicas de costura, para acabar pasando las prendas inacabadas a la fábrica principal por un precio mínimo. Bano ha formado a más de 60 trabajadoras a domicilio desde octubre. En total, el programa ha formado a más de 700 mujeres de entre 15 y 60 años. Muchas son analfabetas que viven en zonas rurales. Siguiendo el plan de estudios de Better Work, dice que sus enseñanzas se basan en un enfoque participativo, mediante debates y ejemplos tangibles.

"Gracias a la formación, algunas mujeres de una aldea que he visitado han empezado a hacer planes presupuestarios, anotando sus gastos e ingresos, y han conseguido matricular a cuatro niños en la escuela con el dinero extra que han ahorrado", dice Bano.

Formación continua
La formación continua tiene lugar en domicilios particulares o edificios comunitarios.

Jameela Abdul Latif, de 55 años, de la ciudad de Hyderabad, es otra de las maestras formadoras de Better Work. Esta madre de siete hijos afirma que la sociedad pakistaní tiende a desaprobar a las mujeres trabajadoras.

"Los mayores retos a los que he tenido que enfrentarme a lo largo de mi carrera han sido las constantes conversaciones a mis espaldas entre mi marido y mi vecino, a causa de mi trabajo", cuenta a Better Work. El acoso sexual es otro punto crucial y delicado que los formadores y los aprendices han empezado a debatir entre sí.

"El acoso en Pakistán no sólo se limita a insinuaciones sexuales inoportunas, peticiones de favores sexuales y conductas verbales o físicas, sino que también incluye violaciones, lanzamiento de ácido y crímenes de honor", afirma la Secretaria General de la Federación de Trabajadoras a Domicilio de Pakistán, Zehra Khan. "Muchas trabajadoras nos cuentan casos de acoso de los que son víctimas ellas o sus hijos, sobre todo cuando las visitan los contratistas de las fábricas".

Khan afirma que es fundamental que las mujeres de Pakistán sepan qué comportamientos constituyen acoso sexual, qué leyes regulan el asunto y a quién dirigirse en tales casos.

"La concienciación de las asistentes ha aumentado gracias a las formaciones", afirma Khan. "Ahora las mujeres se sientan juntas y hablan de este tema tan delicado, además de debatir y buscar soluciones". Las formadoras maestras también cosechan los beneficios de la tutoría que han recibido a través de Better Work.

De vuelta en Karachi, la maestra adiestradora Bano dice que está tratando de modelar los comportamientos.

"He empezado a poner en práctica las enseñanzas para demostrar cómo alzar la propia voz puede traer el cambio", dice. "Ha sido un triunfo. Ha ganado mi confianza en mí misma".

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