Charlar con los vecinos, salir a comer al centro comercial e ir al zoo suelen ser pasatiempos asequibles para los trabajadores indonesios de la confección durante sus días libres. Sin embargo, desde hace un año, la pandemia de COVID-19 les ha privado de estas pequeñas alegrías, un sacrificio que tuvieron que hacer para garantizar la seguridad de todos. Muchos trabajadores tuvieron que permanecer aislados para mantener la seguridad de las operaciones y del entorno de la fábrica.
El director de cumplimiento Jimmy Siswanto se pregunta cuándo podrá llevar a su nieto de dos años a ver, por primera vez, los animales del zoo de Ragunan, en Yakarta. Los intentos de frenar el virus han provocado el cierre temporal o la limitación de varios lugares públicos en diversas regiones de Indonesia, donde los nuevos casos de COVID-19 siguen llegando a los miles a diario.
"He estado trabajando, y quiero pasar un tiempo refrescante con mi familia, pero hay que posponerlo", dice Jimmy, que también ha estado participando en el grupo de trabajo COVID-19 del fabricante de ropa PT Gaya Indah Kharisma.
La pandemia ha limitado las opciones de actividades recreativas para familias como la de Jimmy. Incluso las cenas rutinarias con sus vecinos en su complejo de apartamentos han cesado, ya que unas cuatro familias de allí se han contagiado del virus, dice.
Con lo fácilmente transmisible que es el virus, los esfuerzos de prevención del COVID-19 exigen que todas las partes implicadas hagan un esfuerzo adicional para protegerse a sí mismas y a todos los que les rodean por la continuidad de sus propios medios de vida. Algunos trabajadores, como Jimmy, han asumido una carga de trabajo adicional participando en los esfuerzos de mitigación y manipulación en las fábricas.
En algunas regiones de Indonesia, los conglomerados de COVID-19 pueden provocar la suspensión temporal de las actividades laborales. Se ha aconsejado a los trabajadores que eviten los lugares concurridos y los viajes a sus ciudades de origen durante las vacaciones. El Gobierno de Indonesia también ha anunciado la reducción de los días festivos en 2021 para evitar un repunte de los casos. Para algunos trabajadores, esto significa quedarse en casa durante largos periodos de tiempo, lo que posiblemente les cueste aspectos de su bienestar físico y mental, especialmente en un momento de inseguridad laboral y en medio de una información nueva sobre la enfermedad a veces abrumadora.
Reconociendo la importancia de un bienestar mental positivo entre los trabajadores de la confección, Better Work Indonesia ha desarrollado cursos virtuales de gestión del estrés dirigidos a los trabajadores y a la dirección de sus fábricas miembro. Decenas de trabajadores de 64 fábricas se unieron a los cursos, que ofrecen a los participantes la posibilidad de compartir de forma interactiva con un experto sus sentimientos y su forma de superar el estrés. Los expertos también compartieron información práctica, consejos y ejercicios para gestionar las emociones, con una serie de vídeos accesibles para refrescar la memoria después de los cursos.
Llegar a más trabajadores es ahora más fácil gracias a la función interactiva Instagram live de la popular plataforma de redes sociales, a través de la cual Better Work Indonesia también ha realizado campañas educativas sobre salud mental. Estas emisiones en directo abarcan temas sobre la gestión del estrés, incluida la crianza de los hijos y la educación en casa, ya que la mayoría de las escuelas permanecen cerradas en Indonesia. Una sesión reciente también se centró en el reto de no volver a casa para la festividad de Idul Fitri, así como en mantener la compostura en medio de la exposición constante a noticias negativas sobre el brote.
El líder sindical de PT Sepatu Mas Idaman, Mario Prostasius, que ha sido asignado a su equipo de patrulla COVID-19, afirma que no ha salido de su casa en Bogor, Java Occidental, durante la mayor parte de la pandemia, salvo para asuntos urgentes, ya que la región sigue presentando un alto riesgo de transmisión.
"Psicológicamente hablando, necesitamos vacaciones. En la fábrica, siempre me he enfrentado a las máquinas. Desde hace un año, mis amigos y yo nos sentimos cansados y ya es hora de que necesitemos recreo", dice.
Mientras Mario, Jimmy y otros trabajan para mantener a flote la industria indonesia de la confección, siguen haciendo sacrificios que supondrían un reto para cualquiera. Hasta el momento en que los peligros de la pandemia disminuyan significativamente, Better Work Indonesia estará ahí para apoyar su bienestar, aunque ese apoyo deba compartirse virtualmente.