6 de marzo de 2015.
Hortancia Raharimanalina - Madagascar
Esto ha sido un nuevo comienzo para mí. Quería aprender nuevos oficios, pero también necesito el dinero para ayudar a mis padres y a mis hijos", dice Hortancia Raharimanalina. Llegó a Jordania en 2013 para trabajar en una fábrica del polígono industrial de Al Hassan. Dice que, aunque es la primera vez que vive en el extranjero, lejos de casa y de sus tres hijos pequeños, la experiencia ha sido positiva.
Dice que gracias a su trabajo en Jordania pudo construir una nueva casa para sus padres e hijos en su país. Espera poder seguir manteniendo a sus hijos y enviarlos algún día a la universidad.
Nan Aye Mar Htwe - Birmania
Desde que llegó a Jordania en 2008, Nan Aye Mar Htwe ha visto cómo su carrera iba viento en popa. Trabajé muchas horas y me esforcé mucho. Después de trabajar como operadora de máquinas durante un año", dice. "Mi supervisor se dio cuenta de que tenía aptitudes para enseñar a otras chicas a manejar las máquinas, así que me preguntó si quería convertirme en jefa de línea".
Envía parte de su dinero a sus padres y hermanos en casa y también está ahorrando dinero para abrir su propio negocio algún día. Puede que abra un pequeño negocio de ropa. El dinero que ganamos trabajando aquí vale mucho en casa, así que quizá pueda abrir mi propia fábrica", dice.
Soe Myat Thu - Birmania
Soe Myat Thu se trasladó a Jordania hace siete años. "Al principio me sentía sola. No tenía muchos amigos y a menudo sentía que quería volver a casa, pero necesitaba el dinero para mantener a mi familia", dice. Al cabo de tres años, Soe Myat Thu fue ascendida a supervisora. Hoy tiene muchos amigos que son como de la familia. Aunque su marido está en Malasia y apenas se ven, espera que dentro de dos años ambos tengan suficiente dinero para volver a casa, abrir una tienda de ropa y formar una familia.
Sriykanthi - Sri Lanka
Sriykanthi es una de las pocas trabajadoras que manejan la máquina de corte de una fábrica. Empecé como operaria de máquina y mi jefe me preguntó si quería ser supervisora, pero me negué porque no quiero ese tipo de trabajo. Le pregunté a mi jefe si podía manejar la cortadora y aceptó", dice.
Dice que le gusta el trabajo físico y que está acostumbrada porque trabajó en fábricas durante muchos años en Omán y Dubai antes de trasladarse a Jordania. El dinero que envía a casa ha contribuido a mejorar el estilo de vida de su familia.
Estoy construyéndoles una casa y me gustaría quedarme en Jordania un poco más para poder hacer más por mi familia", dice.
Deepthi Priyangika - Sri Lanka
Hace unos años, el padre de Deepthi Priyangika falleció. Convertida en el único sostén de la familia, se trasladó a Jordania para ayudar a mantener a su madre y a sus dos hermanas pequeñas. "Una de mis hermanas acaba de empezar su primer año de medicina. Estoy orgullosa de ella y espero poder seguir ayudándola", afirma.
Shilpi Akhther - Bangladesh
Tras trasladarse a Jordania desde Bangladesh, Shilpi Akhther trabajó como operadora de máquinas antes de ser ascendida a supervisora de línea.
Ahora estoy a cargo de unos 4.000 trabajadores bangladeshíes. Si tienen algún problema, hablo con la dirección. Trato de ayudarles, ya sea en el trabajo o en el alojamiento".
Tras ser ascendida, Shilpi convenció a su marido para que se trasladara a Jordania. Ahora trabaja en la misma fábrica que su mujer. Echo de menos a mi hijo, que sigue en Bangladesh viviendo con mi madre. Pero para nosotros, la gente con la que trabajamos es como de la familia: ¡los 4.000!", dice.