En la última década, el centro del debate sobre las normas laborales parece haberse desplazado de la conveniencia a la eficacia de las diversas formas de regulación laboral, en particular los regímenes privados y no gubernamentales en las cadenas mundiales de suministro. Mientras que la floreciente literatura ha examinado diversos medios por los que se pueden mejorar las condiciones laborales en las cadenas mundiales de suministro, el vínculo entre el cumplimiento de las normas laborales y la competitividad de las empresas proveedoras ha recibido poca atención.
La falta de investigación en este ámbito se explica en parte por el hecho de que los académicos que estudian el tema tienden a centrarse en la difícil situación de los trabajadores que trabajan en condiciones deplorables y en los diversos medios para regular a las empresas sin escrúpulos, en lugar de en las formas de motivar a las empresas para que mejoren las condiciones laborales. Otra razón de la escasez de estudios que vinculen las normas laborales y la competitividad reside en las dificultades para acceder a los datos a nivel de empresa sobre las condiciones laborales y la productividad en las cadenas de suministro mundiales. Teniendo en cuenta que muchas empresas proveedoras siguen considerando el cumplimiento de las normas laborales únicamente como un coste, es de gran importancia examinar si la mejora de las condiciones laborales puede contribuir también a aumentar la competitividad de los proveedores, y en qué medida.
Este documento examina el nexo entre el cumplimiento de las normas laborales por parte de las empresas proveedoras y su potencial para atraer y retener compradores. Para que las empresas proveedoras sobrevivan y prosperen, es importante atraer y retener a los compradores, en particular a los que ofrecen márgenes suficientes y pedidos continuos. En el sector de la confección, los compradores están cada vez más concentrados y la competencia entre proveedores de todo el mundo se ha intensificado, lo que ejerce una presión constante a la baja sobre los precios. Además, como la industria se caracteriza por la volatilidad estacional, la falta de pedidos durante las temporadas bajas podría ser perjudicial para la supervivencia de las empresas proveedoras. Tener una relación a largo plazo con los compradores puede ayudar a suavizar estos riesgos. La cuestión es, pues, si un mejor cumplimiento de las normas aumenta las posibilidades del proveedor de atraer y retener a esos compradores, y en qué medida.