"Nuestra estrategia actual sigue siendo válida, pero muchas cosas han cambiado a raíz de COVID-19. Tendremos que evaluar hasta qué punto es grande y permanente ese cambio. Tendremos que evaluar hasta qué punto es grande y permanente ese cambio y cómo podemos hacer frente de la mejor manera posible a las lagunas en la gobernanza y la transparencia y la equidad general de las cadenas mundiales de suministro que la crisis sanitaria ha puesto al descubierto. 2020 será un año de aprendizaje, adaptación y, esperemos, cambio en Indonesia y más allá". Maria Joao Vasquez - CTA Better Work Indonesia
El último informe anual de Better Work Indonesia destaca los resultados de la evaluación de las fábricas, los esfuerzos de mejora y las iniciativas clave del año pasado.
A lo largo de 2019, Better Work Indonesia, junto con la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en sentido amplio, ha defendido y realizado aportaciones en áreas clave de la política laboral relativas a la política de salario mínimo, la reforma de la legislación laboral y las estrategias sectoriales.
Better Work Indonesia ha desempeñado un papel crucial a la hora de facilitar el diálogo entre los interlocutores y asesorar al Gobierno sobre la colaboración con las partes interesadas (incluidas las marcas internacionales) para reforzar el sistema de determinación del salario mínimo. En 2019 también aumentó la colaboración entre los compradores y el gobierno provincial en cuestiones como el cierre de fábricas.
Contar con un comité de dirección-trabajadores ayuda a mejorar las relaciones en la fábrica, ya que se gestionan mejor las necesidades y quejas de los trabajadores. A través de estos comités, Better Work ha sensibilizado a trabajadores y supervisores y ha brindado oportunidades a las mujeres para que asuman funciones de liderazgo.
Better Work ha prestado apoyo al Ministerio de Trabajo difundiendo directrices a más de 200 inspectores de trabajo y mediadores en Java Occidental y Central. Las directrices son ahora ampliamente utilizadas por las partes interesadas de la industria, incluidas fábricas, marcas y funcionarios sindicales, lo que ha conducido a un mayor consenso sobre cuestiones relacionadas con el empleo de trabajadores contratados. El éxito de las directrices ha llevado también a compradores y partes interesadas de otras industrias (por ejemplo, el sector del aceite de palma) a adoptar marcos similares adaptados a sus contextos.