El acoso sexual, aunque poco denunciado, es desde hace tiempo un problema en la industria mundial de la confección orientada a la exportación. Los estudios indican que adopta diversas formas y está muy extendido, siendo las mujeres las más afectadas.
El acoso sexual sigue siendo elevado en las fábricas porque a menudo un gran número de mujeres, jóvenes, inexpertas y, en algunos casos, analfabetas, son supervisadas por un reducido número de hombres. Los estereotipos de que las trabajadoras de la confección son percibidas como promiscuas y de "bajo estatus" también influyen, al igual que la intensa presión del sector para cumplir los objetivos de producción, que puede dar lugar a prácticas disciplinarias abusivas en la fábrica.
En los últimos años se han producido graves denuncias de abusos sexuales en toda la industria de la confección jordana. En una encuesta realizada en 2011, el 20 % de los trabajadores afirmaron que tenían muy poca idea de lo que constituía acoso sexual, mientras que el 25 % de los encuestados se mostraron preocupados por comportamientos que podrían calificarse como tales. El 49 % dijo que no era motivo de preocupación, mientras que el 6 % no quiso responder a la pregunta. La última encuesta muestra que la preocupación por el acoso sexual ha descendido, ya que la proporción de participantes que declaran que el acoso sexual es motivo de preocupación ha disminuido en un 10 %. Son menos los trabajadores que se sienten tan preocupados por el acoso sexual como para hablar del tema con la dirección (del 16% al 9%) o considerar la posibilidad de dimitir (del 8% al 5%). Sigue preocupando que los trabajadores no denuncien el acoso sexual, ya que la proporción de participantes que no quieren responder ha aumentado del 3% al 10%.